miércoles, 3 de febrero de 2021

Declaración

 

No entrego mi sonrisa al vicio de la felicidad

al virus de dientes que se propaga en nuestro siglo

no le entrego mi cariño, ni mi respeto

no soy el duende bailarín que escupe su propia carne.

Tampoco me entrego al dolor

para atizar el parásito de la infelicidad

no me entrego al laberinto que mendiga abrazos

me hago aquí, en las palabras,

responsable de mi carne, de cada músculo que duele y ríe,

responsable de exponer cada nervio al vicio de la vida.

Que otros se entreguen a la obligación de ser felices

a la obligación de ser miserables.

Yo me hago hombre

y que mis dientes

decidan sobre el amor.


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