Me acusarán de maricón, de engreído, de imbécil y don nadie
al decir que tengo muerto el deseo por Scarlett.
Si, hubo un tiempo donde yo parecía Woody Allen
casi incapaz de pensar en otro rostro para ensoñaciones,
donde ella era el Match
Point de mi pusilánime deseo
el rostro al sentirme devorado, Viuda Negra.
Y no me perdonarán los que buscaron a Scarlett en la red
para acribillar su propio cuerpo con fuerza.
No me perdonará mi niñez inventada
donde estaba Scarlett dándome el primer beso.
Espero me perdone la calle desprovista
donde nunca nos encontramos,
y el cartel con su imagen en mi pared.
No dueles Scarlett, nunca has dolido
has estado ahí con tu cuerpo arreglado por la luz
no me has dado más oscuridad que la que permitió el
director,
quien juega como si tuviera las muñecas que papá extravió.
Quizás lo único cierto que tengo son tus canciones,
donde puedes sonar tan jodida como cualquiera, One whole hour.
Mi querida Scarlett, ya no puedes ser la chica del al lado,
este mundo te ha pulido tanto
que has quedado vacía.
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