El agua cae y me haces dar
cuenta de la obviedad. La lluvia es una incomodidad que engrana en el sillón.
Tus manos de Kraken frenan el agua que se enfila hacia el sifón. Espuma de
hombres muertos. El hidrógeno de sueños se niega a despertar el oxígeno. Me
enseñé a estar tan erguido y seco que me olvidé de cómo funciona el mundo. No se
necesita de grandes rascacielos para que el agua corra, ni motines ansiosos de
sangre para mezclarnos, solo algunas baldosas, canales para que el agua fluya. Se
necesita los brazos de un niño para vernos inútiles, ellos detienen el agua,
mientras a nosotros se nos revienta la vida.
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