domingo, 12 de octubre de 2014

Las palabras

No podría preferir a una sin traicionar otra
no podría fraccionar ninguna sin provocarme una herida
porque de ellas estoy hecho y me van adhiriendo a las cosas.
Si me abrieran las entrañas no me llamarían hombre
me llamarían fluidos, páncreas, cadáver
pero si las abrieran a ellas
no podría ni susurrar el mundo.
Puedo decir que fui átomo, materia, tejido,
vida
pero ni Dios existe antes que la palabra;
solo unos sonidos
que se parecen al temor 
y la sombra.

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