Me siento en la silla a
escribir poemas
a ti no te importa, tienes el
mundo en los ojos
entiendes mi inutilidad, y la
inutilidad de la mesa
sabes que nada se quedará en
este computador.
Entonces me pides la puerta,
la pides para ti,
porque soy un ciego estúpido
ni siquiera me doy cuenta de
la brisa
que socorre al fuego.
Cuando abro los vientos me
dejas
arrastras tu silla, de amarillos
y azules,
porque tienes el mundo en los
ojos
y sabes para que sirve una
silla.
Atardeces en la
lluvia con tu risa.
Hola Eder buenos días. Hermano, muy bello poema. Un abrazo querido poeta.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, me alegra que disfrutes de la lectura. Un abrazo
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