No todos los niños se sientan
a ver la lluvia.
Somos seres ágiles para el
homicidio
¡matad a los primogénitos de
Egipto!
antes de que vean la macabra
mano de dios.
Pero evitamos la daga para ti,
para que te sientes
y acompañes al viento y la
lluvia
sabes oírla, y hablas su
húmedo lenguaje
te aterras cuando se expande
el cielo
y te aturdes cuando cabalga
por el techo
sabes mirar su pasividad y
coqueteas con su caricia.
Pero un día vendrá dios a matarte,
entonces
serás como yo, un ingeniero
que abre las aguas
y negocia la esclavitud.
Un día vendrá el dios de Job a
quitarte la belleza
a enseñarte que la vida y el
amor
muere con la peste y se
remplaza con dos ambiciones
un día me sentiré triste al verte,
muerto, como yo
por un chiste del diablo
por un dios sin sonrisa.
Mira la lluvia, toda la
lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario